Aunque en un principio pueda parecer que una colección numismática no tiene más misterio que ir guardando ejemplares, la variedad de opciones es tan amplia que es frecuente sentirse perdido y tirar la toalla al poco de empezar. Aquí van algunos tips para que disfrutes con éxito de tu colección..
Puede que tengas guardadas una o varias monedas y billetes de cada país que has visitado. Incluso que pidas a los amigos que viajan al extranjero que te enseñen o regalen algunas monedas o billetes locales. Seguramente te detengas a mirar los diseños de las monedas que tienes en el bolsillo: ¿cómo es esa que brilla especialmente? ¿Y esa otra con un diseño tan atractivo? Es más que probable que te hayas resistido a deshacerte de todas las monedas antiguas que tenías en tu poder. E incluso que se te pase el tiempo volando en la parte dedicada a las monedas y billetes de los museos históricos que visitas.
Si te reconoces en alguno o varios de los supuestos que acabamos de enumerar, te encantará iniciarte en el hobby de coleccionar monedas. Igual has empezado alguna vez a organizar todo lo que tienes pero lo has dejado al sentirte un poco perdido en cómo hacerlo.
Antes de empezar, y sobre todo antes de gastarnos dinero, es recomendable hacer un poco de reflexión previa sobre lo que queremos coleccionar y con qué fin para no sentirnos abrumados ante la cantidad de opciones.
Cuestiones básicas
Hay una serie de preguntas básicas que conviene hacernos antes de lanzarnos a coleccionar.
¿Cuánto dinero quiero gastarme? No es necesario gastarse grandes cantidades de dinero para tener tu colección. En Internet o en rastrillos encuentras ejemplares a precios muy económicos. Eso sí, si compras barato no esperes exclusividad o buenas conservaciones . Y esto nos lleva directamente a la siguiente pregunta:
¿Para qué quiero la colección? En términos generales podríamos englobar a los coleccionistas en dos grandes grupos (de los que habría varios subgrupos a su vez): los que lo hacen como hobby, un bonito pasatiempo en el que pasar buenos ratos; y los que lo hacen como inversión con el objetivo de comprar ejemplares excepcionales que se revalorizan con el tiempo y obtener ciertas ganancias.
En el primero de los casos prima la cantidad antes que la calidad (es más divertido reunir cuantas más piezas diferentes mejor) y el coleccionista no tiene pensado gastarse grandes cantidades de dinero. En el caso de los inversores, suelen ser personas con poder adquisitivo (y normalmente también conocimientos) que buscan auténticas joyas numismáticas.
¿Dónde voy a guardarla? Tener las monedas y los billetes en un cajón, bolsa o monedero puede dañar los ejemplares y perder valor de cara a una futura venta. Si se trata de monedas antiguas, los materiales pueden desprenderse, oxidarse… los billetes pueden sufrir daños, desgastes. Merece la pena, especialmente si son piezas con un cierto valor o antigüedad, encargar a un profesional el encapsulamiento de las mismas. Así podrás manipularlas las veces que quieras sin riesgo de sufrir desperfectos y accidentes inesperados. Dependiendo de su valor, guardarlas en un lugar seguro es también recomendable.
¿Qué me motiva? Como afición que es, es importante que disfrutemos con nuestra colección por lo que empezar con una temática que nos mueva a nivel personal es fundamental. La satisfacción con cada nueva adquisición será mayor y tendremos mayores posibilidades de éxito y continuidad.
Tipos de colección
Los billetes y las monedas nos cuentan casi tantas cosas del pasado como los libros de historia. No en vano muchos coleccionistas y colecciones están a caballo entre el coleccionismo y la investigación, y a medida que pasan los años sus metas son más y más difíciles de alcanzar.
Veamos ahora unos cuantos criterios a la hora de ver qué tipo de colección vamos a hacer. Por supuesto no son las únicas y tú puedes definir tu propio objeto de búsqueda. Como hemos dicho en alguna ocasión, hay tantos tipos de colecciones como coleccionistas dispuestos a hacerlas:
– Por épocas: se trata de escoger una periodo de historia que te atraiga y buscar ejemplares acuñados entonces. No necesariamente han de ser épocas remotas. De hecho, cuanto más cercanas en el tiempo, más fácil te resultará conseguir ejemplares.
– Geografía: moneda española, europea, latina, americana… Un poco de investigación previa te ayudará a ver las dimensiones del dinero acuñado en la región que escojas. Una vez más, cuanto más limitada sea, más difícil te resultará.
– Ediciones conmemorativas solo para coleccionismo, que no han sido producidas para circular.
– Por tipo de metal: existen una amplia variedad de metales en la numismática . Las monedas de oro y plata pueden ser muy costosas. Cecas y años escasos pueden ser un verdadero quebradero de cabeza.
– Por series o año de emisión.
–Rarezas: monedas raras o con errores.
A tener en cuenta:
No es lo mismo el valor numismático que el valor intrínseco de la moneda. Frente a lo que pueda parecer, una moneda de cobre puede ser mucho más valiosa que una de oro. Hay muchos factores a tener en cuenta: antigüedad, número de monedas acuñadas, rareza, ceca, estado de conservación… Y lo mismo pasa con los billetes. Un billete mal conservado pierde valor aunque a priori sea de gran interés.
Nuestra recomendación es que si eres nuevo en este mundillo, te marques un objetivo sencillo para empezar. Es importante que dediques tiempo a leer e informarte antes de lanzarte a comprar ejemplares (sobre todo si son costosos) para evitar fraudes y sorpresas desagradables. Y, por último, en caso de duda consultar con profesionales siempre es una buena idea.
¿Nos cuentas qué colección vas a hacer?