Manuel Mozo, experto en moneda medieval
Hoy en NCV tenemos el placer de entrevistar a Manuel Mozo Monroy, un destacado experto en numismática medieval, especialmente conocido por su trabajo sobre las monedas de los reinos cristianos de Castilla y León. Nacido en Madrid en mayo de 1967, Mozo es ingeniero de sistemas y ha combinado su carrera profesional con su pasión por la numismática. Ha publicado numerosas obras, entre las que destaca la Enciclopedia de la Moneda Medieval Románica en los Reinos de León y Castilla, una referencia de primer orden en su campo.
Además, ha colaborado con varios museos y asociaciones arqueológicas, y es miembro de la Asociación Española de Arqueología Medieval y la Asociación Numismática Española.
Háblanos un poco de ti. ¿Cómo empezaste a coleccionar? ¿Qué coleccionas actualmente?
MMM: Buenos días. Todo el mundo sabe que mi especialidad numismática es la moneda medieval en general, y la cristiana castellanoleonesa en particular. Dentro de este vasto campo, las piezas que colecciono se limitan al pleno medievo -entre los años 900 y 1230.
Empecé a coleccionar desde muy joven. Apenas con 10 años. Empecé con las monedas al uso en aquellos años, pero en seguida empecé a adquirir monedas medievales, que, si bien eran en aquella época algo más caras, al menos me eran accesibles. Desde entonces ahí me he mantenido, expandiéndome también al resto de reinos cristianos peninsulares -Aragón, Navarra, Cataluña, Valencia, y Mallorca-, a numismas procedentes del resto de Europa y de los Santos Lugares de Tierra Santa y del reino etiópico de Aksum, e incluso dirhams hispanomusulmanes acuñados durante el emirato y el califato.
Adicionalmente a todo lo comentado, durante algunos años he estado coleccionando moneda del Tíbet, y también todas las labras producidas en las Islas Feroe.
¿Cuál es la pieza más rara que has visto o tienes en tu colección?
MMM: en cuanto a moneda medieval, he tenido la inmensa suerte de poderlo ver -y, sobre todo, tocar-, todo. Con anterioridad a la crisis de 2008, pude ver todas las colecciones privadas medievales castellanoleonesas más importantes de España, y tras dicho año, con los problemas económicos sucedidos a nivel mundial empezaron a salir colecciones antiguas y que estaban en paradero desconocido a las que pude acceder. Si a ello se añade el haber tenido la oportunidad de revisar los fondos monetarios de casi todos los museos de España, y de gran cantidad de yacimientos arqueológicos de los que formo parte como miembro de diferentes proyectos de investigación, creo que puedo afirmar sin mucho temor a equivocarme, que lo he visto todo o casi todo.
Cuéntanos por favor, ¿Quién es para ti una referencia en el coleccionismo y por qué?
MMM: siempre he tomado a Bernardo de Chartres su famosa frase dicha en 1159 para responder a este asunto: “todos somos enanos a hombros de gigantes”. Por lo que, para mí, cualquier autor que haya aportado su conocimiento a la numismática medieval es digno y merecedor de mi admiración.
No obstante, a quien más debo en mi trayectoria fue a León Hernández-Canut y Fernández-España, a quien siempre he tenido por maestro, mentor y amigo. Él me dio su confianza y creyó suficientemente en mí, como para permitirme subir a sus hombros mientras vivió. Gracias a él, soy quien soy en el mundo del medievalismo.
¿Puedes contarnos alguna anécdota graciosa que tenga que ver con el coleccionismo?
MMM: Para mí la numismática y el coleccionismo es algo muy serio y como tal me lo tomo. No obstante, puestos a extraer algún momento divertido, recuerdo un día en que fuimos a investigar las monedas medievales de un museo provincial -del que obviaré su nombre para que esta anécdota no sea tomada de manera peyorativa-, la Doctora Ana Serrano y yo, tras habernos hecho esperar un buen rato a que llegase la directora del mismo, y luego de llevarnos de acá para allá durante un buen rato, nos metieron a las 11:20 AM de la mañana en una gran sala llena de monetarios y nos dicen “Estas son todas las monedas que tenemos. Son unas 6.500, pero están todas descolocadas. Tenéis hasta las 14:00 PM de la tarde para verlas. Luego, cerraremos”.
No os podéis imaginar el ritmo al que tuvimos que trabajar ese “ratito”. Aquello fue como si hubiesen plegado el espacio-tiempo en doce partes, y estuviésemos haciendo cosas diferentes a la vez en cada una de sus doce caras poliédricas pluridimensionales. ¿Sabes el efecto de movimiento que se produce cuando ves un video acelerado al doble o al triple de su velocidad real, y te parece como que cualquier desplazamiento parece ridículo e inconexo como los del “Conejito de Duracell”? Pues eso, mismo, pero corregido y aumentado.
Fue una locura, pero lo conseguimos: vimos 6.500 monedas que estaban guardadas en un sin fin de bandejas de cientos de monetarios, discriminando cuáles eran cristianas castellanoleonesas y cuáles no, pesando y fotografiándolas en un tiempo de 2 horas y 40 minutos. Y encima, todo quedó igual de colocado que nos lo habían puesto inicialmente. Si hubiese un “Récord Guinness” a la investigación más rápida del mundo, sin duda lo tendríamos nosotros, y seguramente, nunca no nos lo quitaría nadie en la vida entera.
¿Cómo ves el mercado del coleccionismo actual y cómo lo ves en 5 años?
MMM: El coleccionismo actual está en alza. Pero hay dos tipos: el “de toda la vida”, ocupado por aquellas personas que quieren conseguir con cierta frecuencia alguna moneda nueva para sus colecciones; y el de inversión, que solo se lo pueden permitir algunas personas con muchos posibles.
En este grupo hay a su vez, dos grupos bien definidos: el primero compuesto por coleccionistas que aman la numismática y hacen grandes esfuerzos económicos para conseguir monedas caras y raras; y el segundo, compuesto por otro grupo de personas, a las que les da igual las monedas y simplemente utilizan el coleccionismo como un mecanismo de inversión con vistas a ganar más dinero del que se gastan, y que en algunos casos, les sirve incluso para volver a introducir al mercado mundial dinero que difícilmente podría ser reintroducido en los círculos económicos.
Dentro de cinco años el mercado seguirá la misma vía, con la única excepción de que cada vez habrá menos coleccionistas “a la vieja usanza”, puesto que no hay ni va a haber un reemplazo generacional. No digo que no hay gente joven que se vean atraídos por el coleccionismo, pero cada vez son menos. La juventud prefiere vivir el presente de otra manera, en la que incluso, el dinero físico, está desapareciendo. Difícilmente se puede tener atracción por coleccionar aquello que no se percibe ni se maneja de forma cotidiana.
Háblanos de tu obra. ¿En qué crees que estás especializado?
MMM: de alguna manera ya respondí a esta pregunta en vuestra primera propuesta. Mi especialización es la numismática cristiana en los reinos cristianos de Castilla, de León, de Aragón y de Navarra.
No obstante, sí quisiera añadir a este respecto que, según mi opinión, nadie se puede considerar con rigor experto en ningún campo de la numismática, si no se complementa dicha especialización con un conocimiento muy profundo de otros campos del saber. En mi caso fue necesario -y lo sigue siendo- estudiar y aprender muchísimo de historia medieval universal, economía, política, arte, diplomática, sigilografía, arqueología, sociología, religión, epigrafía, paleografía, latín, archivística, bibliografía, e incluso sobre campos tan aparentemente alejados de la numismática como puedan ser la matemática o la medicina.
No se puede ser un experto en numismática, si no se tiene un amplio conocimiento de las ciencias afines que rodean a la moneda: si no se alcanza a ver a la moneda en su contextualización global en el periodo en que la tocó “vivir”, tales piezas no pasarán de ser un mero objeto fuera de su tiempo y de su lugar.
Sería algo parecido a como si nos encontrásemos una tarjeta de crédito actual en el año 3000: no podremos tener ni la más mínima idea de lo importante que es en la actualidad, o de lo que lo ha sido en el pasado, porque ya están empezando a dejar de ser usadas, con su inclusión en dispositivos móviles.
Una moneda, de cualquier época, no es nada, sin su entorno.
Planes de futuro. ¿En qué proyectos estás ahora mismo? ¿Cuándo crees que verán la luz?
MMM: todo aficionado a la numismática de la Edad Media conoce cuál es mi “proyecto”, porque es el mismo en el que llevo trabajando desde hace 40 años: mi “Enciclopedia”.
Ya saqué en 2017 los primeros tres tomos que abarcaron desde Pelayo (722) a Alfonso XI (1350), y por los cuales tuve el privilegio de recibir el galardón Conde Garriga a la investigación numismática.
Desde entonces he seguido escribiendo el resto de los volúmenes restantes de este proyecto enciclopédico -desde Pedro I (1350) hasta Enrique IV (1474)-. Finalmente han terminado sustanciándose estos últimos en 5 volúmenes más, con lo que la Enciclopedia, terminará constando de 8 tomos -que traducido a páginas serán unas 5.300-.
Apenas si me quedan rematar los estudios correspondientes a algunas tipologías de Enrique II, que, podré tener finalizado hacia el próximo mes de enero o febrero del 2025. Luego vendrá el proceso de maquetación, registro -depósito legal, isbn, etcétera-, impresión y distribución. Así que quizás, con suerte y si Dios quiere, hacia el mes de abril o mayo del año que viene, todo podría estar terminado.
Sí quisiera decir una cosa a este respecto. Como todo en este país en el que vivimos, este “proyecto vital” -me he dejado literalmente la vida en él-, no ha sido algo placentero. He recibido mínimas ayudas de muy pocas personas y de escasísimas instituciones, siendo lo más común, recibir zancadillas, insultos, obstáculos, malos tratos, envidias por toneladas, faltas de respeto, agresiones verbales e inquinas de todo tipo y condición. Simple, y llanamente, porque en este suelo patrio, la tendencia mayoritaria, es la de machacar el mérito.
Como dijo Otto von Bismark: “España es el país más poderoso del planeta: lleva toda la vida intentando autodestruirse y aún no lo ha conseguido”. En verdad tan sólo es una frase dicha por este gran estratega de la Primera Guerra Mundial, pero que está cargada de tanto fondo de “odio hacia el otro” que no hace sino resumir en una sentencia lo que no es otra cosa que el sentir común del español. Lo que Freud llamó “pulsiones de muerte”, es decir, destruirlo todo por el mero hecho de acabar con aquello que uno no es capaz de hacer por sí mismo. Este es el espíritu español, y la pandemia a la que la “Enciclopedia” lleva -realmente no sé cómo- superviviendo frente a todos los ataques y asedios a los que ha sido sometida.
Y para finalizar… ¿Puedes dar algún consejo o recomendación para los coleccionistas basado en tu experiencia?
MMM: como os explicaba, lo que más he sentido en estos cuarenta años ha sido soledad y desdén. Al principio, todo eran obstáculos e impedimentos. Fue un trabajo de desgaste y derribo continuo, como si hubiese más interés en que dejase de investigar que no en proseguir en la búsqueda de información para aclarar el proceso histórico de la numismática medieval.
Durante años tuve que luchar como un guerrero, simplemente para poder tener acceso a la investigación y a las monedas -museos, archivos, colecciones, yacimientos, libros, documentos, etcétera-. Y sólo fue, con el paso de los muchísimos años, como pude conseguir ser reconocido en el mundo de la numismática como investigador. A partir de ahí, todo fue más sencillo, pero hasta que llegó ese instante, todo intento de avance se convertía en un suplicio y en una frustración continua.
Así que, mi recomendación tanto para coleccionistas como para investigadores -basada en la experiencia más cruda y dura-, sería la de unirse a una agrupación que de verdad mire por ellos y por su afán emprendedor de descubrimientos.
Actualmente soy miembro de Nummus, Sociedad Numismática Española. Es la primera asociación numismática en la que se están creando multitud de acuerdos de investigación con entidades -museos, universidades, instituciones estatales, etcétera-, para la facilitación del acceso a los numismáticos a las monedas y a todo lo necesario para hacer estudios analíticos sobre ellas. Además, están poniendo en valor la investigación que proviene del mundo del coleccionismo, en un momento en que injustamente, se intenta devaluar nuestro trabajo. Si una agrupación así hubiera existido cuando yo empecé a investigar, en vez de 40 años, probablemente habría tardado en hacerlos la mitad o menos, porque se me abrían allanado sobremanera todos los inconvenientes a los que yo me tuve que enfrentar sólo. Mientras que ahora existe una agrupación que no sólo te los facilita, sino que además te da soporte y respaldo continuo en tu proceso de investigación. Una asociación así era necesaria desde hace muchos años. Y ahora, la tenemos. Es la mejor recomendación que puedo hacer a todo aquel que sienta inquietud y ame la numismática como yo lo he hecho y lo hago.
Gracias por vuestro interés en querer saber mi opinión sobre todos estos interesantes aspectos sobre los que me habéis preguntado. Muchas gracias.
NCV Grading es una empresa especializada en la certificación y graduación de monedas antiguas. Nuestro objetivo principal es garantizar la autenticidad y calidad de las monedas certificadas, proporcionando a los coleccionistas y comerciantes una evaluación precisa y confiable. El proceso de graduación de monedas en NCV Grading incluye una inspección detallada y una clasificación rigurosa, asegurando que las monedas graduadas cumplan con los estándares más altos del mercado. Gracias a su experiencia y profesionalismo, NCV Grading se ha convertido en una referencia en el mundo de la numismática, ofreciendo confianza y seguridad a todos los interesados en monedas antiguas.